Víctor Hugo: un micrófono no es una
herramienta inocente, ¿ta?
Por Sergio Sinay
Este texto fue publicado en El Observador, de Perfil, el 20 de abril
de 1984 y 32 años más tarde parece confirmar que cada quien es siempre fiel a su naturaleza
En el número 20 de El Observador mi colega, compañero y
amigo Hugo Asch expresó lo que sentimos la mayoría de los hinchas de fútbol: su
repugnancia ante esos energúmenos infrahumanos y descerebrados que integran las
barras bravas. Tras aclarar que el relator Víctor Hugo Morales le merece el
mayor de los respetos, Hugo Asch recriminó (con sobriedad y altura) a Morales
por haber brindado durante cuarenta minutos el micrófono a miembros de la barra
brava de Racing (club al que Asch debe tantas tristezas y alegrías). El argumento
de Asch: no se debería dar un foro a quienes, con
su violencia, han convertido al
fútbol en un campo de batalla y de muerte.
El sábado 14 de abril Víctor Hugo Morales, por radio, al
finalizar la transmisión de Racing-Lanús, acometió contra Asch tratándolo de
fascista y dijo que esas cosas se escriben por obligación, para dejar contentos
a quienes pagan y por la necesidad de hacer un bolo y ganar unos pesitos.
Me consta que Hugo Asch escribió en absoluta libertad y que
su nota responde a lo que él -y los auténticos hinchas de fútbol- sentimos:
miedo, desprotección, indignación. No sé qué tipo de periodistas frecuenta el
señor Morales. Sé quién es Asch y sé quiénes somos los que nos creemos libres
de expresar lo que pensamos sin obligación de obedecer a "quien
paga". El bolo por lo demás, existe en el mundo de la farándula, pero no
en el ambiente de trabajo que frecuenta Asch. La palabra bolo no forma parte de
nuestro lenguaje.
Otra cosa que me consta -no sólo a mí, la historia abunda en
pruebas- es que los medios masivos pueden, sí, apuntalar el fascismo. Si por un
micrófono uno trata de fascista a alguien que simplemente no coincide con uno,
puede llegar a hacer creer que ese alguien es fascista (sobre todo si no se
aclaran los términos). Ya lo decía Goebbels, ministro de Propaganda de Hitler:
una mentira, repetida cien veces y amplificada, se convierte en verdad. Un
micrófono no es una herramienta inocente. La palabra, tampoco. La conjunción de
ambos exige prudencia, sensatez, responsabilidad, sentido común. Un micrófono
no debería ponerse al servicio de delincuentes. Y en las barras bravas hay
asesinos, depredadores, ladrones y gran variedad de delincuentes.
El señor Morales dijo el sábado que, al hablar con los
componentes de esas barras, descubrió que son "seres como nosotros".
Me permito disentir. Si "nosotros" somos los miembros de la comunidad
que trabajamos, ansiamos la paz y queremos ir sin miedo a una cancha, somos muchos
miles los que tenemos derecho a pedirle al señor Morales (aunque nos crea
fascistas) que no nos incluya en ese plural "nosotros". Yo, que voy
los domingas a ver a Ríver, que amo el fútbol, que lo veo, lo discuto y lo
juego, no me siento igual a un delincuente.
Y, de paso, tampoco entiendo por qué el señor Roberto Marcos
Saporiti (DT de Argentinos Juniors) es detenido, incomunicado y procesado luego
del partido Ríver-Argentinos Juniors por el solo hecho de haber intentado que
sus jugadores no se quejaran como desaforados ante el árbitro luego de un gol
que consideraban injusto, mientras los delincuentes de las barras bravas roban,
destruyen y hasta matan sin ser detenidos, o siendo liberados a las pocas horas
para ser recibidos como héroes por sus pares. No hace falta profundizar mucho en
el tema para comprender que aquí hay algo que funciona mal. Y todo esto lo digo no porque me
moleste el éxito del señor Morales (con cierta soberbia, en ese programa los
componentes del equipo atribuyen cualquier crítica a la envidia). Al contrario,
creo que con su presencia Morales desbarató el totalitarismo que existía en el
ámbito del relato deportivo y lo hizo en contra de quienes habían convertido a
esta especialidad periodística en una deleznable cobertura del proceso. Pero
justamente, si hay algo que la mentalidad autoritaria no entiende es que se
pueda disentir sin descalificar y coincidir sin endiosar.
Excelente el blog. Solo un detalle: se podría leer mucho mejor si le quitaras ese fondo a los textos. Gracias por permitir expresarme.
ResponderBorrarUfa! Donde publiqué mi comentario había un montón de cuadritos con imágenes que dificultaban la lectura. No entiendo nada.
BorrarUn manantial de agua para los que tenemos sed de pensamiento crítico. El blog tiene un diseño pintoresco y original! Abrazo Sergio.
ResponderBorrarUn manantial de agua para los que tenemos sed de pensamiento crítico. El blog tiene un diseño pintoresco y original! Abrazo Sergio.
ResponderBorrarLo tuyo es excelente. Todo este caso me remite a un dicho brasileño: A la mierda, no revolverla ni con cuchara de oro... Un fuerte abrazo y te sigo en La Nación.
ResponderBorrarUn artículo excelente!!!! Coincido con lo del fondo, dificulta un poco la lectura
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