viernes, 17 de abril de 2020

Crónicas de la peste (7)

Empezó la guerra del cerdo

Por Sergio Sinay



Según datos de la Organización Mundial de la Salud en la Argentina mueren 123 personas por día a causa de enfermedades vinculadas al tabaco. Son 44.895 por año. La adicción al tabaco se inicia alrededor de los 14 años y el pico de consecuencias se da entre los 18 y 35 años. Son adultos menores.
Cada año mueren alrededor de 350 mil personas en el país, y de acuerdo con estadísticas oficiales, casi la tercera parte de ellas perecen por enfermedades cardiovasculares, muchas de ellas apenas superan los 50 años. En segundo lugar, figuran los tumores. Por una lógica ley de la vida, y salvo en casos de accidentes viales y de trabajo, guerras o enfermedades súbitas, las primeras en morir en todo el mundo, y desde siempre, son las personas mayores. No es una anomalía. Repitámoslo: es la ley de la vida. Mueren, aun sin enfermedades graves, porque llegan al final de su trayecto vital. Cuando esta ley se altera el dolor de las pérdidas es mayor.
La decisión del Gobierno de la Ciudad de discriminar a los adultos mayores confinándolos en algo así como campos de concentración domésticos, aislándolos definitivamente de todo contacto humano y prohibiéndoles vivir como seres sociales violenta las leyes de la lógica y ni siquiera aplica al sentido común. Mueren más adultos mayores hoy porque mueren más adultos mayores siempre. Si se quiere protegerlos habría que aislar a los que contagian y no a las víctimas de esos vectores. Los que contagian no son los adultos mayores. ¿Qué pasará una vez que se los destierre de la vida?  ¿Las autoridades irán por los varones, puesto que la mayor cantidad de infectados y muertos por coronavirus son varones? ¿Y después quién? ¿Así hasta acabar con todo sospechoso?
Por lo demás cada día miles de personas cumplen 70 años, de manera que el target de discriminados aumentará incesantemente. Otra ley de la vida. ¿Cómo se controlará que salgan de su presidio? ¿Irá la policía a la caza de adultos mayores, en una suerte de guerra del cerdo ideada por quienes se valen del poder con criterios más que discutibles y riesgosos?
¿Y si una masa crítica de adultos mayores lúcidos, capacitados para trabajar, para pensar, para relacionarse y para vivir decidiera protagonizar un movimiento de desobediencia civil respecto de esta decisión desquiciada, qué se haría contra ellos? ¿Una limpieza etaria? Ya decía Albert Camus que en nombre de las buenas intenciones se toman las más horribles decisiones. Pero en este caso ni siquiera se pueden detectar las buenas intenciones. Por momentos asusta pensar quiénes y cómo toman algunas medidas. Cuanta más sensatez se necesita en el liderazgo más duele su carencia.

12 comentarios:

  1. Sergio que realidad tan oscura, como si ellos nunca llegarán a ser adultos mayor, que falta de empatía, de respeto de amor.

    ResponderBorrar
  2. Quieren flexibilizar la cuarentena. Los jóvenes (asintomáticos o contagiados leves) contagiarán a los mayores de no se cuanto, que morirán en masa saturando con cadáveres hospitales y otros centros de salud. Fea imagen, ni los jóvenes querrán salir a trabajar. Les preocupa la economía, no el grupo etario que dicen proteger.

    ResponderBorrar
  3. Gracias x plasmar exactamente mi sentir,somos descartables como no morimos x la peste los suficientes,entonces nos condenan a morir de tristeza aislados,gracias

    ResponderBorrar
  4. Esto ocurre porque son@#÷=$%/^&*¿¡¿*&/=÷, nada mas que por eso

    ResponderBorrar
  5. Lo que pasa es que estuve 30 dias castigado por decir lo que pienso de ratazzi, entonces ahora dejo que lo b pienses vos directamente

    ResponderBorrar
  6. pienso en la guerra del cerdo desde la hora 0 de esta "pandemia".....

    ResponderBorrar
  7. Me siento castigada por pertenecer a ese grupo etario. Es muy injusto, ya que los mayores somos los que más necesitamos socializar y podemos transmitir a las generaciones de jóvenes toda nuestra experiencia de vida...que no es poca cosa!!!

    ResponderBorrar
  8. Los primeros en ser confinados fueron niños y adolescentes. Ahora van por los adultos mayores. Veremos con que siguen. Todo esto es muy triste.

    ResponderBorrar
  9. Recuerdo que en los peores años del sida uns joven contrae la enfermedad en un tratamiento odontologico. Mucha gente se preguntaba porque. Si era buena y no habia tenido relaciones
    Las pestes no son justas y solo se las pueden superar con medidas recomendadas por los que mas saben y muchas veces estas nos obligan a cambiar costumbres

    ResponderBorrar
  10. Sentí que tu reflexión me llego al alma.la libertad es algo que jamás tendría que ponerse en duda.cada uno tiene la capacidad de discernir lo que quiere hacer y no creo que alguien decida, si puede no hacerlo, salir. Me parece muy feo descalificar a las personas por su edad

    ResponderBorrar
  11. No llego a los 70 pero no me falta tanto. Quiero creer que rodeados de buenas intenciones derraparon. Una disculpa y solo la sugerencia de pedir ayuda, bien instrumentado y explicado sería más que suficiente. Creer que somos tontos o irresponsables en general es lo mismo que creer, ante la improvisación, que ellos sin dueños de la verdad. Qué decepción!

    ResponderBorrar
  12. Que tristeza me da el nivel o quizás el sentido de tu planteo. Quizás porque estoy mirándolo desde un consultorio dónde no veo que las personas mayores estén con ganas de salir y se sientan presas, quizás porque como persona mayor de 60 que tiene que salir a atender un consultorio, un dónde sabe que quizás se contagie.Donde estarás parado vos todas las mañanas?

    ResponderBorrar