CUANDO GANA LA DEMOCRACIA
Por Sergio
Sinay
Aunque a
algunos les cueste aceptarlo, en el balotaje ganó la democracia. Porque como decía
Karl Popper (1902-1994) gran filósofo de la ciencia y la política, la
democracia es el sistema que permite cambiar a un gobierno (en este caso un
régimen) sin derramamiento de sangre. Es, además, decía Popper, el sistema que
impide que la acumulación de poder se convierta en dictadura. Este mismo pensador
definía a la oligarquía como “el gobierno de unos pocos no tan buenos”.
Hay
muchos en el campo de la política, de los medios, de la cultura, de la ciencia,
del espectáculo y del deporte que han sido prebendarios (no siempre en dinero,
también en especies) de la oligarquía derrotada en el balotaje. Son los que
malversaron la idea de democracia pretendiendo imponerle a los ciudadanos, a
través de cartas abiertas y de medios cómplices, a quién debían votar y a quién
no votar, avasallando así la autonomía de pensamiento y la libertad de elección
de los votantes. Una torpe manera de rifar reputación.
Sobre lo
que vendrá hay muchos interrogantes. Se irán respondiendo con el tiempo y con
acciones. Y las dudas que nos aquejan necesitarán de nuestra presencia, nuestra
acción de ciudadanos, nuestras activas acciones de cada día para ser
respondidas por cada uno desde donde le toque vivir, trabajar, relacionarse y actuar
como ciudadano. Que la democracia siga viva y no vuelva a derivar en oligarquía
depende de eso. Este texto no milita por el nuevo gobierno (en tiempos de
intolerancia siempre es oportuna la aclaración). Solo celebra el triunfo de la
democracia, que le ganó al miedo disparado por la oligarquía que perdió. Porque
es sin miedo como se puede sostener a la democracia, este sistema que Winston
Churchill definió así: "No es perfecta, pero es mucho mejor que cualquier
otra forma de gobierno que haya existido."