“LA HORA DE CLASE”, O LA EDUCACIÓN COMO UN ACTO DE AMOR
Por Sergio Sinay
A quienes sientan preocupación por el sentido real
y profundo de la educación y piensen que esta va mucho más allá de la simple
transmisión de información pre masticada y pre digerida, y también más allá de “actualizaciones”
formales, superficiales y sin valor trascendente, como llenar las escuelas de
computadoras o confundir el uso de celular con un adelanto educativo, les
recomiendo enfáticamente la lectura de “La hora de clase”. El autor de este
ensayo es el psicoanalista italiano Massimo Recalcati, que a su vez es también
docente universitario.
Recalcati rescata la razón de ser de la educación,
pone el acento en el valor que tiene en ella el vínculo humano, avanza con
sólidos argumentos contra los experimentos tecnocráticos y burocráticos que
vacían a la educación de toda trascendencia y la reducen a la simple producción
de estadísticas oficiales o de mano de obra para las necesidades del mercado
(esto se esconde detrás de esa falacia llamada “sociedad del conocimiento”).
Básicamente, demuestra este autor, la educación
empieza en alguien que ama lo que enseña y que ama a aquel a quien enseña. Este
amor se traduce en actos cotidianos durante la experiencia compartida. Y
revierte en el amor del alumno al docente. Pero no se trata de amar al docente
(aunque esto vale), sino a lo que este enseña, es decir a aquello que va a
dejar en el alumno como herramienta para la vida. Por todo esto, dice
Recalcati, cada hora de clase tiene un valor incalculable y lo que ocurre en
ella, entre personas presentes, sin estériles y vacuas mediaciones tecnológicas,
es una experiencia única e intransferible.
Recalcati fundamenta sus ideas con argumentos
claros, sólidos y expuestos con un lenguaje de una belleza conmovedora. Y
culmina el libro (breve y sustancioso) con una emocionante evocación de la
maestra que lo rescató de su destino de pésimo estudiante y no solo lo apasionó
por la posibilidad de aprender, sino que lo ayudó a ser una mejor persona.